Viaje de Pesca | Tarpón a mosca | "En busca del rey de plata"

 ▬  EN BUSCA DEL REY DE PLATA  

Texto y fotos: Ignacio Sánchez

Tras mucho tiempo buscando un destino donde encontrar un gran adversario, empecé a recordar vídeos que había visto de pequeño donde salían mayormente americanos retando a enormes tarpones con cañas de mosca. Fue ahí cuando le dije a mi padre que este año no íbamos a pasar unos días pescando reos,  truchas, basses o lucios, este año saldríamos a buscar una gran pelea con uno de los colosos de la pesca deportiva.

Fly Fishing TARPON
Mirando entre varios destinos donde se ubica este pez, encontré holbox, una isla paradisiaca a 2 horas de Cancún, así que mirando vuelos encontré una buena oferta del paquete “pulserita”, la que solo utilizamos los 2 últimos días para descansar de las aventuras en la isla.

La aventura comenzó el 28 de Junio, elegimos esta fecha, porque al ser el tarpón una especie migratoria, teníamos más posibilidades de tener éxito con un pez grande en los meses comprendidos entre Marzo y Septiembre, aunque durante todo el año hay una abundante población de tarpones hasta 30 libras, y otra permanente mas reducida de tarpones que llegan a alcanzar los 3 dígitos en la báscula. Pero no queríamos arriesgar con nuestra utopía de la gran batalla.

Salimos de Madrid a las 14:00 llegando a Cancún a las 16:00, son 9 horas de viaje, con 7 horas menos de diferencia horaria en el destino. Al llegar al aeropuerto de Cancún, ya estaba esperando Manolo, un agradable taxista que habíamos contratado directamente con Tarpon club, para llevarnos a Chiquilá ( Lugar donde se coge el ferry para ir a holbox), y tras un ameno viaje hablando de holbox, sus anécdotas, y comentándonos que el tiempo iba a estar 2 o tres tranquilo días, por lo que teníamos posibilidades de coger algún pez grande, por fin llegamos al ferry justo un minuto antes de que zarpase. El viaje duró 35 minutos, fueron minutos cargados de expectativas mientras nos íbamos acercando a la isla. Al llegar a puerto pudimos ver un pequeño tarpon comiendo en la superficie ( esto nos puso ya de primeras el corazón a mil). Por fin desembarcamos y nos recogió Valen, nuestro guía  en su carrito de golf, en único vehículo de cuatro ruedas permitido para circular en la isla, puesto que las calle son de tierra y para su conservación no está permitido el tránsito de automóviles.



Llegamos al hotel destrozados del viaje, deseando dormirnos rápido y que pasara la noche para empezar nuestro primer día de pesca.

Primer día de pesca

A las 5:45 estaba Valen esperándonos con los equipos de pesca, una caña de mosca línea 11 de 9 pies con su carrete de freno progresivo correspondiente, cargado con 300 metros de backing, una línea hundida de acción 400, y un terminal fluorocarbono del 0,100 y como señuelo moscas como las clásicas black death, purple death, cockroach o tarpon bunnies, montadas en poderosos anzuelos 2/0. No tardamos ni 5 minutos en l legar al lugar donde nos esperaba la lancha y salir lo antes posible a probar suerte. Las condiciones metereológicas eran prácticamente perfectas, el mar estaba como un espejo, todo parecía idóneo ir en busca de este pez. Primero probamos suerte en la zona donde los tarpones grandes se quedaban todo el año, y al no obtener picadas ni verlos rolar, Valen decidió salir mar adentro, a unos 40 minutos de la costa, a un lugar donde tenían localizados varios bancos de tarpones en esta época del año. 

Nada más llegar pude contemplar el espectáculo de un banco de más de 50 de estos peces avanzando de forma escandalosa sacando sus lomos por encima de la superficie, entonces se apagó el motor y nos aproximamos a remo para no espantarlos, pero un cambio de dirección en su rumbo no nos permitió tenerlos a tiro…pasados 40 minutos pudimos divisar otro banco, este era mucho más grande y avanzaban a un ritmo mucho más pausado, nos acercamos con sigilo , sin hacer movimientos bruscos dentro de la barca, solo escuchando el chapoteo del remo en el agua, sin dejar mirarlos, esperando estar a una distancia de 25 metros para poder empezar sacar la pesada línea hundida, y por fin poder lanzar la mosca que salió disparada cayendo 5 metros por delante del banco, hundiéndose antes sus ojos, en ese momento se me disparo la adrenalina mucho más que cuando te pica un bass en el mes de marzo, o clavas el truchón de última hora... empecé a dar tirones a la línea continuos, cortos y rápidos, fue entonces cuando note la picada, y sin levantar la caña tiré de la línea tres veces lo más fuerte que pude para que pez quedase bien clavado, cuando se dio cuenta de lo que pasaba empezó a tirar como una bestia dando saltos y haciendo volar toda la línea que estaba apoyada en el suelo, hasta llegar al carrete, y seguir tirando sin parar hasta agotar los 300 metros de backing del carrete, y tener que salir tras él dándole motor para poder recuperar hilo antes de que rompiese todo. Pasada una hora y cincuenta minutos de interminable pelea, y rezando porque no se fuese en cada salto que daba, conseguí aproximarlo a la barca para subirlo, pero al intentar cogerlo del líder se revolvió cortando el 0,100, y dejando solo las grabaciones para el recuerdo. Valen dijo que pesaría alrededor de 180 libras y que era el más grande que había visto en esa zona. Intentando superar este final inesperado, decidimos ir a por otro, esta sería mi padre el que probaría suerte, a mi me dolía todo el cuerpo después del primer encuentro. 




Pasada media hora ya teníamos otro banco localizado, y realizada una perfecta estrategia estaban a tiro de nuevo. Al segundo lance la mosca estaba navegando entre ellos y no tardo en llamarle la atención a uno y producirse la picada, clavó firmemente y el pez empezó a deleitarnos con sus salto de más de un metro fuera del agua, transcurrida una hora de batalla, y con más suerte que en la anterior ocasión el pez subió a la barca dando un peso de 90 libras, pudiendo finalmente tener en nuestras manos el ansiado pez, y tras las fotos pertinentes lo reanimamos y al agua de nuevo. Cuando quisimos darnos cuenta ya era la hora de volver, así que con la espina clavada, no me quedo más remedio que esperar al día siguiente.

Segundo día de pesca

A las 5:00 tenía los ojos como platos esperando que llegase la hora de salir, una vez más el día era perfecto para volver a por ellos. Esta vez fuimos directamente a la zona donde los pinchamos el día anterior, y no tardamos en ver un banco que se aproximaba hacia donde estábamos. Empecé lanzar y tras dos intentos fallidos, empezaron a pasar por debajo de la barca, reaccioné haciendo un lance corto dejando profundizar la línea para acabar recogiendo casi en vertical, y cuando quedaba apenas un metro de línea, uno de ellos se lanzo sorprendiéndome, y quedando milagrosamente clavado. Mi reacción fue apretar el dedo índice sujetando la línea contra el corcho, pese a quemarme, para conseguir la mayor resistencia posible, y que así el anzuelo terminase de clavar como es debido. Esta vez la lucha duró 40 minutos, hasta subirlo a la barca, y dar un peso de 80 libras. Por fin había conseguido subir un gran pez, aunque mi cabeza no paraba de recordar la silueta del aquel pez del día anterior, así que tras reanimarlo y devolverlo al agua, salimos en busca de otro. Localizamos varios bancos, pero sus constantes cambios de dirección y desapariciones bajo el agua, no logramos tenerlos a tiro. Cada vez se aproximaba mas la hora de volver, cuando de repente vimos un banco que parecía estar tranquilo con un rumbo fijo. Trazamos la maniobra para cortarles el paso y desaparecieron bajo el agua, aunque esto no me impidió calcular su trayectoria y realicé un lance largo, dejando profundizar la línea para poner la mosca a su altura, empecé a dar tirones de forma pausada para que la mosca trabajase una zona más profunda, cuando sentí una picada, tuve que tirar hasta seis veces para lograr clavarlo. Fue entonces cuando supe que ese era el pez que estaba buscando, cuando empezó a sacar metros de backing sin parar llegando a preocuparme de si este podía llegar a acabarse. Al fin paró de tirar y pude recuperar algunos metros, comenzando una lucha de casi una hora y media, con muchos momentos en los que parecía que el pez se había soltado, sin embargo conseguí acercarlo a la barca, manteniendo la calma todo lo posible y tras casi diez intentos de subirlo, conseguimos tenerlo con nosotros a bordo. Ya tenía el ansiado trofeo, un tarpon alrededor de 130 libras, ya habíamos superado con creces nuestras expectativas en dos días.



Los dos días que nos quedaban de pesca, decidimos cambiar el escenario y el tipo de pesca. El tiempo había cambiado y esto limitaba la pesca en mar adentro a las primeras horas de la mañana, así que decidimos pescar las 4 primeras horas de la mañana en el manglar, donde las condiciones meteorológicas apenas repercuten en el agua, y después terminar la jornada pescando otras especies a spinning cerca de la costa.

El manglar

Mi definición del manglar, es la de un lugar misterioso, con rotundo silencio, solo interrumpido por los sonidos que emiten las numerosas especies de aves que allí habitan, o las explosiones en la superficie del agua de peces devorando a sus presas.


En este lugar hay una abundante población de tarpones, de hasta 30 libras, todo el año. La forma de pescarlo es muy similar a la de mar adentro, se localizan los bancos, y cuando están a tiro se intenta poner la mosca frente a sus ojos, cortando su trayectoria. El equipo para el manglar consiste en una caña de línea 8, un carrete con un buen freno progresivo, línea flotante puesto que la profundidad en el manglar oscila entre ½ metro y 1 metro, terminales largos de aproximadamente 4 metros terminado en un fluorocarbono del 0,30 , y streamers mas pequeños. Aunque montados en anzuelos resistentes,  similares a los que se usan para el black bass.

Dicho esto empezaré por contar como es la pesca en este lugar. Todo empieza por una emocionante entrada por un rio, navegando por pequeños canales, y sorteando la vegetación como si de una atracción se tratase. Una vez ubicados en la zona de pesca la embarcación es impulsada mediante una pértiga para no asustarlos, y obtener muchas posibilidades de tenerlos a tiro. En los dos días tuvimos diez picadas, consiguiendo subir solo uno a la barca. Demostrándonos que pese a su menor tamaño,  no son más fáciles de sacar, puesto que son muy nerviosos, y en su repertorio de incesables saltos en alguno se acaba soltando. De hecho la satisfacción de conseguir subir uno a la barca después de todo lo que te “vacilan” no tiene precio.

Unas horas antes de volver, según lo planificado, terminamos las jornadas de pescando a spinning todo tipo de especies a pocos metros de la costa. Utilizamos cañas de acción médium/heavy con carretes 4500, y señuelos como popers, peces suspendidos, swimbaits... Esta pesca era realmente divertida, de cada tres lances obtenías una picada, siempre con la incógnita de que especie y que tamaño tendrá el pez del otro lado de la línea. Era increíble ver como destrozaban las endebles poteras de serie de nuestros señuelos, escapándose muchas veces por dejarlas prácticamente rectas.





Tuvimos la oportunidad de sacar jacks, meros, pargos, corvinas, bagres…, y otras especies que ni sabíamos de su existencia, pero fue un gran placer conocerlas, y espero volver a visitarlas pronto.

Realizar este viaje es bastante fácil, todo está muy controlado para el turismo en Cancún y Riviera maya, y la empresa tarpon club gestiona la pesca sin muerte en la isla desde 1997, facilitándote el transporte desde el aeropuerto, o cualquier hotel en el que te encuentres alojado. Todo depende de si quieres un viaje exclusivo de pesca, o una escapadita de un día desde tu hotel de vacaciones.

Para programar tu próximo viaje de pesca a este paraíso puedes hacerlo visitando la página: www.HolboxTarponClub.com



Alojamientos  para pescadores
Próximamente esperamos que en esta isla paradisiaca de Holbox exista una oferta de alojamientos amigos del pescador (www.anglerfriendly.com) que garanticen unos servicios y espacios adaptados a sus necesidades y consecuentemente brinden una oferta turística de calidad. Estamos seguros de que así será.


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